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“Mamá, ¿cómo que voy a tener que hacer más matemáticas? ¡Jo, qué rollo!”.

Así empezamos esta aventura. Nuestra hija había empezado el curso un poco floja en las matemáticas, y ya era hora de ponerse las pilas. Yo ya había leído que Smartick es un método para aprender matemáticas que, con solo quince minutos cada día, ayudaba a mejorar el nivel y despertar en los niños el interés por esta asignatura. Así que decidí probarlo.

Pero claro, su primera reacción cuando le dije que íbamos a utilizar Smartick y que tenía que realizar todos los días una serie de actividades después de venir del cole…, por poco me mata. Tengo que reconocer que tuve que disuadirla, argumentarla, convencerla…

Lo que yo sabía de Smartick

Smartick asegura que ha mejorado las calificaciones a más del 80% de los estudiantes, de entre los 4 y los 14 años, que lo han usado. El método está elaborado y supervisado por un equipo de 45 ingenieros, matemáticos, pedagogos, psicólogos y educadores; y utiliza inteligencia artificial (IA) para identificar las características de cada estudiante.

Es un método de e-learning inteligente que analiza a los niños a través de un test inicial, lo que permite determinar su nivel de conocimientos. Además, posteriormente, con el seguimiento de su comportamiento, son capaces de ajustarse a su ritmo de aprendizaje. Cada ejercicio se genera en tiempo real a partir de la experiencia del ejercicio anterior. Es decir, no hay dos niños que hagan la misma secuencia de ejercicios, Smartick propone a cada uno la ración de matemáticas que necesita.

Y comenzamos con Smartick

Lo primero es registrarte como padre, con una dirección de correo electrónico y contraseña. En ese correo recibes los informes de la plataforma, de modo que voy siguiendo su actividad y sus progresos. También se puede acceder a la web de padres para revisar las sesiones al detalle, de modo que puedes ver en qué ha ‘flojeado’ un poco, en qué necesita refuerzo y la evolución completa.

Luego registras a tu hijo con un alias y una contraseña. Si tienes más de un hijo, cada uno necesitará un registro de alumno ya que la sesión se adapta a cada niño, no tiene sentido que dos hermanos utilicen el mismo usuario.

Puede hacer los ejercicios diarios desde el navegador de cualquier ordenador o tableta, o descargando la app nativa para IPad o para tabletas Android. La primera semana la pasó realizando una serie de ejercicios matemáticos iniciales para que el sistema determine el nivel del niño, y le ajuste su programa personal.

Dan 15 días de prueba gratuita, sin ningún tipo de compromiso posterior, por lo que yo recomiendo que, si os registráis para probar, vuestros hijos usen esos días intensamente para conocer la potencia de Smartick. Además, tienen un servicio de atención al cliente muy bueno que soluciona todas las dudas que puedas tener.

En Smartick hay problemas de lógica, de potencias, problemas para estimulación del talento matemático. Problemas relacionados con la medición, la estimación de intervalos de tiempo, de volúmenes y masas de objetos, de clasificación de objetos, reconocimiento de patrones, sumas, restas, divisiones, multiplicaciones, operaciones de fracciones… Los hay de jerarquía de las operaciones, y orden de los paréntesis…

¡Pruébalo gratis! →

Smartick, el método que  ‘engancha’

Poco a poco, Alicia se fue ‘enganchando’ a Smartick. La interfaz es divertida, y los ejercicios están diseñados como “juegos virtuales”, donde cada éxito es recompensado con tics que luego se canjean para, por ejemplo, personalizar a su personaje virtual. Smartick va avanzando a una velocidad que se adapta a cada niño, de modo que hay una continuidad, como una trama que se va desarrollando. Y, además, podía jugar con otros niños online, y competir en un ranking.

Fue subiendo puesto hasta llegar a la primera 😉

Me di cuenta de que, con los días, ya no le costaba trabajo sentarse para hacer sola su cuarto de hora de matemáticas. Y, además, se fue ‘picando’ con los informes de los resultados. Al rato de terminar con su sesión, ya estaba preguntándome si había recibido el email en que me decían su calificación y una breve reseña de lo que había hecho.

Por lo mejor: gracias a su dedicación y al hábito que había adquirido con Smartick, las notas de su siguiente examen de matemáticas subieron, y cuando me ponía a estudiar con ella, razonaba mejor. Ya no veía las matemáticas como un castigo divino.

En resumen: recomiendo Smartick

Y, bueno, una vez terminado el curso, le hemos dado un breve descanso. En verano retomaremos el hábito, porque hasta en vacaciones se puede sacar 15 minutos para hacer su sesión de Smartick.

Menciones especiales por superar la sesiones de repaso con éxito 😉

Realmente, yo lo recomiendo. Alicia ha creado hábitos de estudio, ha mejorado su comprensión lectora, su capacidad de cálculo y de resolución de problemas. El uso de este método ha dado pie a que pregunte y averigüe nuevos conocimientos para las actividades que le han puesto. Y ha aprendido tener un control, a no ocultar si no cumple algo, pues si no hacía su sesión nos enviaban un email a los padres.

También ha desarrollado habilidades digitales y competitivas, mediante los juegos que ha ido realizando después de su sesión diaria, o con otros niños, online. Y se ha visto recompensada por los diplomas y premios conseguidos, con lo cual ha visto que, con esfuerzo, se logran cosas.

En definitiva, he visto que se ha sentido motivada usando Smartick. Ya no ve tan aburridas las matemáticas, tal y como ella las conocía. Ha podido comprobar que se pueden aplicar en cualquier aspecto de su vida, y que son importantes.

Ha sido, pues, una muy buena experiencia. Alicia recondujo el curso y terminó sacando una buena nota en matemáticas. Y hemos pasado buenos ratos juntas (algo impensable antes) alrededor de una ciencia que sé que le será útil en un futuro, de una forma u otra.

¿Te animas a probar con tus hijos Smartick? Se van a divertir a la misma vez que aprenden matemáticas.

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