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Bueno, y aquí les presento un pequeño proyecto con el que he estado ‘jugando’ durante el verano. Os lo quiero mostrar porque, además, resume muy bien el estilo y el concepto mismo de las cosas que me gustaría compartir con vosotros. Proyectos para disfrutar de la tecnología en familia con vuestros hijos, sobrinos o nietos. Y aprender en el camino.

Como veréis, se trata de un pequeño robot. Un coche sencillo, liviano, sin mucho misterio. Pero lo importante son los materiales. Una caja de cartón, cuatro ruedas, un par de placas, y unas pilas. Luego le pondremos algún sensor, según el gusto, y utilizando Arduino.

Coche sencillo con cuatro motores, chasis de cartón, y placa arduino

Hoy en día hay muchos kits de iniciación a la robótica que hacen esto mismo. Son muy buenos y bonitos, y te lo dan todo construido, listo para armar el robot y ponerlo a andar. Son muy útiles para las clases y talleres extraescolares, por ejemplo, pues con ellos los alumnos van directo al grano, al manejo del robot y la programación, y no se pierde mucho tiempo armándolo. Pero…

Si vamos a hacer el robot, o cualquier proyecto en casa, en familia, tiene que haber ‘algo mas’. Es mi opinión, lo que he aprendido en estos años con mi hija. Aquí toman importancia otros aspectos, otros detalles del proceso.

Reciclar, recuperar, imaginar

La casa no es una escuela, ni puede parecerlo ni de lejos. Aquí las cosas tienen que tener otra gracia, otro aroma. Reciclar objetos, destriparlos y darles otro uso, recuperar motores y partes de aparatos viejos, e imaginar qué podemos armar a partir de ellos, moverlos de forma estrafalaria, decorarlos a nuestro gusto…

El secreto, en la casa, está en ‘esconderles’ a los niños el aprendizaje. A veces, incluso, podemos hacer que sientan que nos están ayudando en un proyecto nuestro. Aquí las explicaciones y enseñanzas van escondidas en la charla mientras se trabaja, en el descanso para merendar, en el momento en que la cosa se ‘traba’ y hay que pensar en otro camino o solución. “Hay que ver, ¿no? Estoy atascada, ¿se te ocurre algo?”. Por mi experiencia, esto muchas veces los motiva mas que plantearles un problema como en el colegio.

Como decía al principio, ese será el espíritu de este blog: además de enseñarte a hacer algo, también quiero explicarte y mostrarte las posibilidades que hay para que vosotros mismos dejéis volar la imaginación, y disfrutéis de estos o de otros proyectos.

Cada familia, cada niño, es un mundo. Y lo importante no es hacer el robot, o el proyecto, sino pasar tiempo juntos. Hacer que se introduzcan en el mundo de la tecnología de forma divertida, mostrarles lo amplio que es, e incentivar en ellos una forma de pensar creativa. Enseñarles a enfrentarse a los problemas y buscar sus propias soluciones.

En fin, en el siguiente artículo te explicaré cómo hemos hecho este coche, de dónde hemos sacado los materiales, y cómo se podrían sustituir por otros…